Desde mi propia experiencia, considero fundamental impulsar un cambio en lo que respecta al concepto o al oficio de la «Imagen Personal» que por tantas décadas se rigió en base a reglas, normas o perseguir cánones de belleza o estereotipos. Esta mirada es obsoleta. Por el contrario, hoy la Imagen Personal apunta a potenciar lo mejor de ti, no busca cambiar nada ni menos que encajes en moldes, porque es importante que comprendas que no hay nada malo en ti y eres suficiente así como eres.
Disfruta de potenciar tu estilo y que tu imagen sea el vehículo que refleje tu autenticidad, tu esencia y logre transmitir esa congruencia entre lo que eres (identidad) y lo que quieres proyectar (autoimagen). Este es mi enfoque y acercamiento estrechamente ligado a la Psicología y estaré muy feliz de compartirlo contigo.
«Dejemos atrás el concepto romántico e idealizado del Amor Propio, que muchas veces se le asocia al placer personal y el egoísmo. Es fácil confundir estos conceptos si los miras sólo desde la superficie, ya que efectivamente estamos muy familiarizados con el concepto de amor propio como “primero yo, segundo yo y si me alcanza y puedo, tercero tú” y eso por supuesto tiene matices de egoísmo.
Lo primero e importante de tener claro es que la motivación de cada uno es radicalmente opuesta.
El amor propio se vive en abundancia, ya que es una persona que está conectada con otros y le impulsa y motiva dar lo mejor de sí para los demás, donde comprende que su bienestar está primero, no por fines hedónicos, sino que simplemente por entregar lo mejor de sí, junto con establecer vínculos armoniosos y sanos.
Muy por el contrario, el egoísmo se vive desde la escasez, donde el otro es sólo un medio para reafirmar su ser, no para contribuir, no para entregar, sino que es una herramienta de validación. Aquí realmente no hay amor propio, ya que de hecho su propia valía depende de otros y si tu amor depende de algo o de alguien más, deja de ser propio.
Por tanto atención con esas corrientes que vinculan el amor propio desde una postura reduccionista basada en el individualismo y placer personal, ya que eso sólo son sensaciones temporales no un concepto profundo y real.
El amor propio jamás se da en la zona de confort.
«Comienza hoy a a transitar por esta vida con más enfoque, entusiasmo y motivación, pero sobre todo con más plenitud y paz interior»
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